Con el invierno a la vuelta de la esquina y la llegada de heladas más intensas prevista para las próximas semanas, el característico paisaje otoñal comienza a desdibujarse. Sin embargo, este cambio de estación no implica necesariamente el final de la temporada micológica. A pesar de que el invierno es menos favorable para la recolección, los bosques continúan ofreciendo un refugio para diversas especies de setas silvestres, brindando oportunidades para los apasionados de la micología.